Hablar con una entonación artificial no es
patrimonio de los locutores que empiezan. También les ocurre a los oradores
novatos o, más cerca de nosotros, a las personas que hablan por los servicios
de megafonía de grandes almacenes, centros oficiales, estaciones, etc. La
mayoría hablan así por dos motivos fundamentales: Porque nadie les ha dicho
cómo tienen que hacerlo correctamente y porque imitan lo que han escuchado con
anterioridad. Vamos a escribir un típico mensaje de los que suenan por
megafonía en una gran superficie y vamos a leerlo de dos maneras diferentes:
Primero respetando los signos de puntuación y las curvas de entonación y
segundo, como se escucha habitualmente.
Este es el mensaje:
“Atención
señores clientes, les informamos que en nuestra sección de charcutería podrán
encontrar salchichón de Albacete por 15 euros el kilo. Si, ha oído bien, 15
euros el kilo. Dese prisa, la oferta finaliza hoy, a las 8 de la tarde”.
Gracias".
“Atención
por favor, responsable de juguetes pase por caja 8”. Gracias".
Escuchar
grabación:
¿Cuál es más convincente? Si el objetivo de
cualquier mensaje que se emite es llegar con claridad al receptor, sea cual sea
su contenido, ¿cuál de los dos consigue mejor su propósito?
Cuando hablemos por un micrófono tenemos que hacerlo
con convicción. Hemos de convencer al receptor de que los
primeros que creemos en lo que decimos, somos nosotros. Y eso se consigue con
una entonación correcta y cuanto más natural, mejor. Jamás con una entonación
artificial.
Si en nuestra vida cotidiana utilizamos nuestra capacidad
de convicción y nos da resultado, no cambiemos al ponernos delante de un
micrófono. Utilicemos esa misma estrategia para convencer a nuestra audiencia.
(En el apartado de ejercicios, ver ejercicio
2)
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