Lo primero que debemos tener, antes de ponernos
delante de un micrófono, es algo que decir. Si no tienes nada que decir, mejor
cállate. En los medios de comunicación de hoy, las frases hechas, vacías,
sobran. El receptor (oyente, espectador, etc.) tiene demasiadas ofertas como
para quedarse escuchando un mensaje que ya conoce de sobra.
La misión de un comunicador es trasmitir un mensaje.
Pero éste debe enviarse de la forma más clara posible para que el receptor lo
comprenda sin dificultad. Si has trabajado en el contenido de un mensaje pero
no sabes transmitirlo, tu esfuerzo no habrá servido de nada. Si tienes una
excelente voz pero tu dicción, entonación o vocalización no son correctas, el
mensaje se pierde.
Recuerda siempre esta máxima: "Es un derecho del oyente
recibir el mensaje con la mayor claridad y es un deber del comunicador hacérselo
llegar con la máxima eficacia."
Sabio mensaje... y bien transmitido!
ResponderEliminarSaludos.