“Todos podemos hablar delante de un público”. Esta afirmación es la que me anima a crear este blog. Para hablar ante un micrófono, hoy en día, no se exige tener una gran voz como antiguamente. Sólo necesitamos saber utilizar la que tenemos. Hemos de convencernos de que disponemos de la suficiente materia prima y no es necesario disfrazarla. Los seres humanos nos comunicamos desde el día en que nacemos. Toda nuestra existencia posterior es un entrenamiento de esta capacidad. Pero entonces, un día, sucede que necesitamos comunicar algún mensaje importante, no ante una persona o la pandilla de amigos, sino ante cientos, miles de personas. Bienvenido a la comunicación de masas.
Por diferentes motivos, y en la mayoría de los casos sin darnos cuenta, dejamos de ser nosotros mismos e imitamos a otras personas. ¿Falta de confianza? ¿miedo al ridículo? ¿no nos gusta nuestra voz? ¿?
¿Por qué, en vez de copiar los vicios de los demás, no tratamos de mejorar nuestra forma de comunicar, la que llevamos usando desde que nacimos?
Analicemos nuestras carencias, nuestros errores, nuestros vicios y trabajemos para corregirlos. Mejoremos nuestra forma de comunicar. La nuestra, única y personal. Seamos nosotros mismos y no imitemos. De eso se trata.
En la actualidad, los medios de comunicación audiovisuales están llenos de locutores artificiales, llenos de vicios, con entonaciones poco creíbles y desgraciadamente nos estamos acostumbrando a ellos. La mayoría no han recibido formación para ser locutores ¿será por eso que imitan?
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