Ya he escrito en alguna ocasión que estoy en contra del uso de exabruptos, “tacos”, “palabrotas” o expresiones
malsonantes en antena. Los comunicadores que hablamos en un medio de
comunicación audiovisual debemos ser garantes de corrección. Sin quererlo,
somos el espejo en el que se mira la gente y creamos tendencias en la
forma de hablar. Ante el micrófono, se puede ser distendido, desenfadado
o cercano, sin necesidad de caer en lo chabacano.
No me parece mal que, excepcionalmente, se utilice este tipo
de palabras o expresiones para reforzar un mensaje pero deben de ser eso,
excepciones. Porque imagínate un lenguaje audiovisual en el que fuese normal el
uso de “tacos”. Por ejemplo así podría empezar un programa de radio (¡perdón a
oídos sensibles):
“¡Hola cabrones! ¿Qué
tal comenzáis el puto día? Hoy hace un día de la ostia, con un sol que te
cagas. Comenzamos aquí una programación de puta madre que te acompañará hasta
que te salga de los cojones…”
O retransmitiendo un partido de fútbol:
“¡Qué hijo deputa!
¡Qué pase le acaba de dar Alonso a Cesc! ¡Me cago en sus muertos! ¡Joder, en mi puta
vida había visto jugar así! Estos mamones son los
putos amos del torneo…”
¿Y cómo sería la publicidad? Probablemente en un principio
conseguiría el propósito para el que se crea un anuncio, llamar la atención de potenciales clientes, pero si se extendiese
la moda… mejor no pensarlo.
Imagínatelo. Te pongo un ejemplo grabado (¡Gracias a Mónica por su colaboración y por las cosas tan bonitas que me dice en la cuña):
Cuña "SEGUROS PERIBÁÑEZ"