¡Qué difícil
es leer bien en voz alta! Rotunda conclusión a la que llegan muchos/as
locutores/as en la intimidad de su estudio cuando ven que no consiguen el
resultado deseado con un texto. Llega a ser frustrante ver que no consigues
imprimir a tu lectura la entonación, el ritmo, la interpretación, el volumen,…
la credibilidad que uno desea. Pero entonces ¿qué debo hacer para que mi
lectura suene como la de esos/as locutores/as ya consagrados que lo hacen tan
bien y aparentemente con tan poca dificultad? ¿Por qué a ellos no les resulta
tan difícil como a mí? ¿Por qué a ellos les suena tan creíble y a mí no?
Bueno,
empecemos por el principio. Voy a llevarle la contraria a la frase inicial de
este artículo: ¡Leer bien en voz alta no es tan difícil! (espero que esta
afirmación te anime a seguir leyendo).
Desgraciadamente,
y esto ya lo he comentado en varios artículos anteriores, la mayoría de los
errores de los locutores surgen por la falta de formación. En contra del
sentido común, generalmente cuando un locutor se pone por primera vez delante
de un micrófono en el campo profesional,
su formación ha sido nula o muy deficiente convirtiéndose en un saco en el que
caben todo tipo de errores o vicios de difícil solución.
Como todo,
el dominio de la lectura en voz alta, precisa de varias fases: Formación,
dominio de la técnica y entrenamiento constante.
Formación. En este proceso, que en este artículo pasaremos por alto, el aspirante a lector debe aprender a dominar los aspectos genéricos y obligados de cualquier comunicador oral: La impostación, la vocalización, la dicción, etc. Es así de simple, si te consideras locutor/a y quieres leer bien en voz alta, hay que partir del dominio de estos conceptos. Si no es así, echa marcha atrás y empieza por leerte los artículos antiguos de esta web de enero, febrero y marzo de 2012 y practica con las propuestas del apartado ejercicios. Cuando te consideres apto, continúa leyendo en este punto. Lo siento, los profesionales hemos de exigirnos. Ya lo he dicho en muchas ocasiones: hay mucho mediocre que hace mucho daño a la profesión. Para “ser bueno en esto” primero hay que formarse y luego, permanentemente, dedicar tiempo a mejorar y a corregir errores.
Dominio de la técnica. Antes de empezar a leer, es muy importante tener en cuenta los pasos previos (Leer “Recomendaciones previas I, II y III”). Si no se cumplen, el riesgo de equivocación estará en su máximo nivel.
Cumplidas todas las indicaciones previas estamos en disposición óptima para afrontar una lectura. El siguiente paso es fundamental: El arranque. De cómo empecemos la lectura de un texto va a depender en gran medida el éxito o el fracaso de la misma. Pero en vez de soltar un rollo teórico de cómo hacerlo, prefiero que hagamos un repaso a los errores que habitualmente se comenten en el comienzo de la lectura y que condicionan el resultado final.
Imaginemos la situación: Tengo un texto colocado en el atril, estoy de pie delante de él, estoy cómodo, lo veo perfectamente, lo he repasado, lo entiendo y comprendo, he calentado y me dispongo a grabar… (Hasta aquí, todo lo he hecho bien)
Veamos algunos de los errores más comunes:
- Cada uno de nosotros tiene un timbre de voz personal y único, unos con un tono más grave y otros más agudo. Para bien o para mal es el sonido de nuestra voz y es el que siempre debemos utilizar. Falsearlo es un grave error que nos condicionará toda nuestra vida. El locutor o locutora que falsea su voz demuestra inseguridad y a veces hasta complejo de inferioridad. Yo tengo mi timbre de voz y Constantino Romero, por poner un ejemplo, el suyo. Intentar imitarlo es condenarme al fracaso. Lo que debo hacer es mejorar mi capacidad como locutor con mi propio timbre. Y si no me convence, es que a lo mejor me he equivocado de profesión.
Formación. En este proceso, que en este artículo pasaremos por alto, el aspirante a lector debe aprender a dominar los aspectos genéricos y obligados de cualquier comunicador oral: La impostación, la vocalización, la dicción, etc. Es así de simple, si te consideras locutor/a y quieres leer bien en voz alta, hay que partir del dominio de estos conceptos. Si no es así, echa marcha atrás y empieza por leerte los artículos antiguos de esta web de enero, febrero y marzo de 2012 y practica con las propuestas del apartado ejercicios. Cuando te consideres apto, continúa leyendo en este punto. Lo siento, los profesionales hemos de exigirnos. Ya lo he dicho en muchas ocasiones: hay mucho mediocre que hace mucho daño a la profesión. Para “ser bueno en esto” primero hay que formarse y luego, permanentemente, dedicar tiempo a mejorar y a corregir errores.
Dominio de la técnica. Antes de empezar a leer, es muy importante tener en cuenta los pasos previos (Leer “Recomendaciones previas I, II y III”). Si no se cumplen, el riesgo de equivocación estará en su máximo nivel.
Cumplidas todas las indicaciones previas estamos en disposición óptima para afrontar una lectura. El siguiente paso es fundamental: El arranque. De cómo empecemos la lectura de un texto va a depender en gran medida el éxito o el fracaso de la misma. Pero en vez de soltar un rollo teórico de cómo hacerlo, prefiero que hagamos un repaso a los errores que habitualmente se comenten en el comienzo de la lectura y que condicionan el resultado final.
Imaginemos la situación: Tengo un texto colocado en el atril, estoy de pie delante de él, estoy cómodo, lo veo perfectamente, lo he repasado, lo entiendo y comprendo, he calentado y me dispongo a grabar… (Hasta aquí, todo lo he hecho bien)
Veamos algunos de los errores más comunes:
- Cada uno de nosotros tiene un timbre de voz personal y único, unos con un tono más grave y otros más agudo. Para bien o para mal es el sonido de nuestra voz y es el que siempre debemos utilizar. Falsearlo es un grave error que nos condicionará toda nuestra vida. El locutor o locutora que falsea su voz demuestra inseguridad y a veces hasta complejo de inferioridad. Yo tengo mi timbre de voz y Constantino Romero, por poner un ejemplo, el suyo. Intentar imitarlo es condenarme al fracaso. Lo que debo hacer es mejorar mi capacidad como locutor con mi propio timbre. Y si no me convence, es que a lo mejor me he equivocado de profesión.
Pues bien,
por algún motivo, cuando empezamos una lectura tendemos a hacerlo en un tono
más grave que el nuestro. Es como si, por ejemplo, nuestro timbre de voz equivaliese
a la nota SOL en una escala musical y al empezar a leer nos bajásemos a un MI
o, pero aún, a un SOL pero de la una octava más baja. La única explicación que
se me ocurre es que al no estar contentos con el sonido de nuestra voz,
inconscientemente tendemos a imitar el de algún/a locutor/a de los consagrados
que escuchamos a nivel nacional y que tenemos como referente. Empezar la lectura de un texto en un tono más
bajo que el nuestro nos condena a un resultado deficiente. Nos restará
naturalidad, capacidad interpretativa y tendremos problemas de respiración.
Mira y escucha el siguiente vídeo:
Mira y escucha el siguiente vídeo:
TEXTO DEL EJEMPLO:
Solamente los dos vigilantes de la policía bahiana que se lustraban las botas frente al puesto policial fueron fusilados por los cangaçeiros, pero fue antes de haber descubierto el carrusel en la plaza central.
(Fragmento de “Capitaes da Areia” de Jorge Amado).
Si quiero hacer una lectura con todos los medios que tengo a mi disposición para alcanzar un resultado óptimo, debe hacerlo con mi voz completa. La misma que utilizo para comunicarme en mi vida cotidiana y que me permite ser yo mismo para bien o para mal. Cualquier variación de mi timbre natural va a limitar mi capacidad y va a rebajar sensiblemente la calidad final de mi trabajo.
Me ha encantado leer este artículo que, además de aprender, me ha servido para hacer la práctica de lectura diaria en voz alta.
ResponderEliminarVoy a seguir con el resto de artículos (anteriores) que recomiendas.
Un cordial saludo, muchísmas gracias y quedo pendiente de los próximos capítulos.
Muchas gracias, Ángel, otro consejo valiosísimo. De hecho, es completamente cierto: ¡lo que más nos cuesta a menudo es aceptar la voz que tenemos! De ahí que tendamos a imitar a otros modelos (en el caso de los hombres, por lo general como ya señalas, voces graves tipo Constatino, Pepe Mediavilla, etc.).
ResponderEliminar¡Ah! Se olvidaba comentar que el vídeo-locución me ha resultado múy útil para enterder perfectamente el significado de todo el árticulo.
ResponderEliminar¡Saludos!
¡Cierto, a mi también me ha ayudado muchísimo! :-D
Eliminarpues si creo que es bueno ser muy natural en manejar el timbre de la voz, pero si quieres darle mayor proyección y relevancia a tu locución , puedes impostar tu
ResponderEliminarvoz, cosa que no es fácil y se adquiere con mucha practica pero queda aun mejor.. gracias